Expectativas laborales 2012 por el Lic. Ricardo De Buen Rodríguez

Será común encontrar revisiones salariales entre el 5% y 6%

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 .  (Foto: IDC online)

Si bien siempre es difícil hacer previsiones certeras en un año que comienza, esta dificultad se multiplica cuando se trata un lapso electoral. Se trata normalmente de un período atípico, con un común denominador: la mayoría de las decisiones legislativas y económicas relevantes, cuando no se posponen, se subordinan a la política, con las consecuencias que ello implica. Está enfocado a ganar el poder por quienes aspiran a éste, y en buscar la mejor manera de entregarlo, para quienes terminan su mandato, dejando de lado, muchas veces, las decisiones importantes para el país.

A continuación desglosamos los puntos más relevantes de lo que podría suceder en el ámbito laboral en el 2012.

Creación de empleos

Como ha sido constante en el presente sexenio y en varios de los que le precedieron, el crecimiento real de las fuentes de empleo y del poder adquisitivo ha ido a la baja.

Con base en lo anterior y al no existir ninguna situación extraordinaria esperada, el 2012 seguirá seguramente los mismos parámetros, con el factor específico ya señalado: es un año electoral, en el cual a lo más se mantendrán con el fin de terminarse, los planes de infraestructura sin que se den nuevos, y el ámbito de la inversión privada por naturaleza seguramente habrá una natural precaución en el gasto, hasta saber cómo acaba influyendo el resultado político a la economía. En pocas palabras, en el 2012 no podremos esperar una importante creación de nuevos empleos.

Aumentos salariales

Si ha existido una constante general este sexenio, es que no se ha dado una gran variación en los temas inflacionarios anuales, por lo menos en los oficiales y que en general las revisiones de contratos colectivos, se han mantenido regulares.

De acuerdo con las versiones oficiales, por lo menos hasta la fecha en lo que esto se escribe, se espera un aumento del 4.0% en los salarios mínimos generales con respecto a los de 2011, que si bien no son una constante obligatoria, sirven para comenzar a normar nuestro criterio de lo que sucederá en el rubro de aumentos en el año 2012.

Por lo anterior, en las revisiones que se dén a principios de 2012, será común encontrar revisiones entre el 5% y 6%, ya sea salariales, o en las generales, esto es, en la suma del salario y prestaciones a otorgar.

No obstante que por las constantes de años anteriores se estima una dinámica como la descrita, no dudamos que al tratarse de un año electoral, existan en algunos contratos, revisiones un poco a la baja.

Esto podría darse por una natural desconfianza de algunos empresarios, derivada de la incertidumbre respecto del destino de la economía a pequeño y mediano plazo.

Desde luego, la predicción general, incluye la posibilidad de que como en años anteriores, compañías que no se hayan recuperado de las crisis de los últimos años, traten de revisar por debajo, a fin de recuperar su crecimiento.

Por su parte, los sindicatos, sobre todo aquéllos realmente representativos, continuarán siendo un factor muy importante para mantener la paz laboral, que estamos seguros estará presente en el 2012, porque irá de la mano de una moderna visión de la real defensa de sus agremiados, de la franqueza en las negociaciones y de una mayor preparación de sus niveles directivos. Esperamos que el protagonismo político de los sindicatos, si bien se dé en los marcos previstos, vayan siempre subordinados a su papel más importante, el de la defensa de sus agremiados.

Lo que sí es deseable, y que es algo que se aspiraría en este 2012 y en todos aquéllos en que se pudiera: que los empresarios den aquello que realmente pueden sin guardarse nada bajo la manga, porque el poder adquisitivo de los trabajadores se ha mermado y así evitar que esto a largo plazo se vuelva una situación preocupante. Desde luego, siempre tomando en cuenta no poner en peligro el futuro de la fuente de trabajo.

Situación laboral al interior de las empresas

Todos los factores descritos hasta el momento, se suman, y acaban repercutiendo de alguna manera a las organizaciones, ya sean pequeñas, medianas o grandes.

En ese sentido no esperamos muchos cambios en el día a día laboral para el próximo año, es decir, tendremos a las compañías que seguirán esperando y preguntando acerca de una reforma a la LFT, en especial a los períodos de prueba y a la contratación temporal.

Por otro lado continuará la preocupación respecto a que la administración de la justicia laboral siga siendo lenta y que en caso de perder un juicio se tenga que pagar meses y hasta años de salarios vencidos.

En torno a las terminaciones de las relaciones de trabajo, habrá una tendencia, como en el 2011, a negociar las liquidaciones sin esperar necesariamente el pago del 100% de cada una, entendiendo que la conciliación es un elemento importante y que las condiciones de la economía ameritan no esperar demasiado en ese punto.

Tocante a los trabajadores, entendemos que será prioritario mantener su fuente de trabajo por no ser muy abundantes, así como la tendencia natural y lógica de esperar aumentos salariales lo más cuantiosos posibles, a fin de recuperar el tiempo perdido.

Las anheladas reformas a la LFT

Nada ha sido tan esperado en el ámbito laboral, como las reformas a la LFT. Creemos que ninguno de los sectores involucrados duda de su imperiosa necesidad, sin embargo los años transcurren, en uno se vislumbran más esperanzas que en otro, y al final no pasa nada.

Considerada como una de las reformas estructurales más importantes a realizarse en el sexenio que empezó en el 2006 y terminará en el 2012, rodeada de un fuerte impulso para llevarse a cabo por parte del Secretario del Trabajo y Previsión Social y el partido en el poder, y habiendo aparecido una supuesta luz en un posible acuerdo con la fuerzas políticas, por lo menos hasta diciembre del 2011 ha sido nuevamente un rotundo fracaso, del cual son responsables todas las fuerzas políticas.

Si en los años del sexenio en los que por la coyuntura se haría más fácil llevar a cabo la reforma no se logró, se antoja comprometido y casi prácticamente imposible, que en 2012 tengamos una reforma.

Grata sorpresa sería equivocarnos, sin embargo, en un año en que desde un principio empezarán miles de campañas políticas en todos los niveles, en donde a mediados del año serán las elecciones y en diciembre se entregará el poder, es sumamente complejo que algo diferente a lo previsto acontezca.

Vale la pena subrayar, lo penoso que ha sido para nuestro país, que los encargados de hacerlo, no lleguen a un acuerdo para reformar una Ley tan importante y sigamos permitiendo que la política vaya por encima de lo que en muchos aspectos México necesita. Es así que en 2012, será difícil que las partes responsables de la reforma se pongan de acuerdo y menos cuando ello pueda implicar un “triunfo político” para la parte de enfrente.

Esperamos que esta historia repetida sexenio con sexenio, varíe a partir del siguiente y si bien no en el 2012, en los siguientes años logremos la pretendida reforma, pues las formas de contratación individual y algunos aspectos colectivos, ya no pueden hacerse esperar.

Deseamos que de las predicciones ya referidas, se dén las mejores y que el 2012 sea un año bueno para nuestro país. Ya lo veremos.

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