Perspectivas económicas y laborales para 2016

Mantente al tanto de las previsiones financieras que impactarán la toma de decisiones de las compañías, por Ancelmo García Pineda, asesor externo de la OIT.

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 -  (Foto: Redacción)

Finaliza un año más, siendo éste el tercero del actual gobierno, y como cada año es importante reflexionar acerca del ciclo concluido y del que está iniciando.

Esto dentro de un contexto en donde el aparato productivo de las economías del mundo en su conjunto no encuentra la fórmula para retomar el camino del crecimiento fuerte y permanente.

Para el tercer trimestre del 2015, el producto interno bruto (PIB) global acusó un débil aumento de 2.5 %, uno de los niveles más bajos desde la etapa difícil de la posguerra que generó una recesión amplia y profunda jamás vista.

Como consecuencia de lo señalado, las empresas y sus modelos de negocios tendrán que ajustarse a un año difícil.

Asimismo, las organizaciones sindicales de colaboradores, así como los estudiosos del mundo laboral, deberán sortear un año que renovará las dificultades ya observadas en ejercicios anteriores debido al escaso crecimiento del mercado interno, la severa contracción de los ingresos petroleros de México y la consecuente disminución de las inversiones provenientes de la administración federal.

Otro aspecto a considerar es que por un año más el país alcanza un magro crecimiento de apenas un poco más del 2 %, y alarmantemente continua el aumento del desempleo y la imposibilidad de absorber a la población de más de un millón de habitantes que se suman a la demanda de trabajo anualmente.

Por lo mencionado a continuación se realiza un breve recuento de lo que se espera para los próximos meses, tanto en el entorno productivo, como en algunos aspectos fundamentales de la economía que determinan las relaciones entre los patrones y sus subordinados: el comportamiento de las metas de productividad y la mejoría de las percepciones salariales del sector obrero.

 Empleo y mercado

Estas variables nos muestran la más difícil situación observada en los últimos años, pues no ocurren cambios de gran relevancia y se mantienen limitados y mediocres índices de crecimiento.

La economía se ha contraído severamente y aunque este hecho no es privativo de nuestra nación, pues el entorno latinoamericano y el global también se muestra adverso, esto no debe dejar de señalarse.

La mayoría de los Estados crecieron apenas por arriba del 3 %, siendo relevante señalar que incluso algunos del continente americano muestran índices de decrecimiento, como el caso de Brasil.

Por ello los retos de las finanzas mexicanas se deben seguir ubicando en aspectos como: sostenimiento del empleo y el mejoramiento de los salarios, así como la diversificación y ampliación de los mercados.

En estos ámbitos las opciones no se reducen a un solo camino, resultando indispensable buscar las formas más adecuadas para sostener el nivel de empleo; evitar pérdidas mayores al despedir personal en el que se hubiese invertido para su capacitación y desarrollo, y tomar medidas para su posterior recontratación cuando se superen los ciclos recesivos.

 Si bien se lograron generar poco más de 200,000 puestos durante el 2015, dicha circunstancia debe servir para reflexionar respecto de la necesidad de contar con una estrategia que contribuya a generar más fuentes de trabajo y de mejor calidad, para alcanzar lo que actualmente exige la LFT a las corporaciones, esto es: fomentar la creación de empleo decente.

Por otra parte, en el contexto mexicano se observa un fuerte estancamiento en el consumo de bienes y servicios. Se presenta una reducción de las exportaciones y una política monetaria gubernamental del Banco de México, más preocupado por los índices macroeconómicos que por impulsar el crecimiento y dinamismo interno; éstas circunstancias deben llevar justamente a encontrar caminos de gestión de procesos novedosos que hagan posible aumentar los índices de productividad y  así incrementar también el valor agregado de los productos.

Esto lleva a afirmar que tanto la creación de trabajo decente y la diversificación de estrategias de mercados deben ser los tópicos de mayor atención para los próximos meses, pues en estos campos se pueden encontrar las opciones para mantener la planta productiva y así fortalecer las capacidades de empleo de las micro, pequeñas y medianas empresas, aun cuando ciertamente el poder adquisitivo en los salarios que pagan es bajo.

En esta dimensión de soluciones, uno de los puntos que está llamado a ser de los más relevantes, es el fortalecimiento de redes productivas mediante la implantación de formas innovadoras de encadenamiento de procesos de trabajo para hacerlos eficientes y por ende agreguen valor agregado a la rama o sector de que se trate.

Inflación, salario y productividad

Dichos temas están íntimamente ligados, pues los efectos que se susciten en uno inexorablemente impactan en los demás, de ahí la importancia de su análisis.

Inflación

Un logro importante al inicio de este año son los índices a la baja sin embargo al parecer una vez más se le ha dado mayor grado de jerarquía a la instauración de tácticas para detenerla que a hacer crecer el consumo interno a través de un mayor poder adquisitivo de los diferentes segmentos de ingreso.

Ante el bajo crecimiento mundial y la desaceleración de países emergentes como China, México no podrá superar el crecimiento que registra desde los últimos 20 años, indicó Raúl Feliz, experto del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Afirmó que: “Llevamos más de 20 años creciendo a 2 %, (en promedio) es un crecimiento mediocre y no se ve en el corto plazo que vaya a haber una expansión más fuerte”.

Esta expectativa media se encuentra alineada con las previsiones actualizadas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambos organismos estiman que la economía alcanzará una expansión de 3.1 % para 2016, recortando en menos de un mes, sus pronósticos previos.

Los factores que propiciarán, en buena medida, el logro de los porcentajes señalados son: una mayor fortaleza de los Estados Unidos de América; la depreciación del peso y mejores perspectivas para el sector de la construcción.

Salarios

En este aspecto se vislumbra que las remuneraciones se verán sometidas a una fuerte presión por parte del Banco de México.

El salario mínimo se encuentra ante la urgente necesidad de ligarlo a la productividad y esto solo es posible si las compañías, los colaboradores, los sindicatos y el gobierno se dan a la tarea de buscar las formas específicas y puntuales de medirla; únicamente así se puede saber cómo incrementarla y mejorar los procesos laborales de las organizaciones.

Las reformas en materia de desindexación del ingreso mínimo, que al cierre de esta edición todavía no se han publicado en el DOF, someterán a prueba a los negociadores de los centros de trabajo y de los sindicatos.

No debe olvidarse que históricamente se ha afirmado que el incremento de los sueldos empujan a la inflación; aunque la realidad de los últimos 20 años demuestren lo contrario. Es decir, aun con el limitado crecimiento de los ingresos no se contuvo por completo.

En cambio se ha causado un nulo crecimiento del mercado interno. Todo ello debido a la cada vez menor capacidad de compra, en especial del personal que devenga menos de tres salarios mínimos. Datos incluso reconocidos por el propio encargado de la política laboral.

Respecto a las retribuciones contractuales si bien se espera que continúen recuperando una parte de su poder de compra, éste crecimiento seguramente será mínimo debido a la limitada evolución de la economía con la que arranca este año.

Productividad

Después de tres años de que el ejecutivo afirmara que la productividad debe democratizarse no se tiene avance para presumir en este terreno, pues a pesar de la urgencia de iniciar con tales tareas, a nivel empresarial todavía existe inexperiencia.

Aunque ya se cuenta con un Comité Nacional de Productividad (CNP) y las Comisiones Mixtas de Capacitación, Adiestramiento y Productividad (CMCAP) reguladas por la LFT, el tema incluso no termina de permear en la cultura laboral mexicana (vinculada totalmente a la percepción salarial), ni en los usos y costumbres para su mejor administración, representando un punto débil que deberá ser atendido con la más alta de las prioridades.

Es importante entonces iniciar el diálogo, y de manera conjunta lograr crear indicadores de productividad y de labores decentes.

 Esto sí representaría en realidad un moderno modelo de gestión de las relaciones laborales, con un lenguaje contemporáneo mediante el cual se alcancen mejores niveles de distribución de riqueza y de justicia económica a partir del trabajo productivo.

Acciones gubernamentales más relevantes

Entre aquellas estrategias que ha ejercido la administración actual influenciando así el contexto laboral y la economía (con escasos resultados tangibles), están las siguientes:

  • política para democratizar la productividad
  • creación del CNP
  • impulso a las CMCAP
  • fomento a la creación del trabajo decente
  • desindexación del salario mínimo como unidad de referencia para el cálculo de valores económicos como la determinación de multas, el otorgamiento de créditos hipotecarios, entre otros
  • acciones de transparencia del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) dirigida a los sindicatos vinculados al sector público
  • posible ratificación del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para impulsar más la negociación colectiva y la libertad sindical, y
  • previsible reforma a la LFT para modernizar la justicia laboral

Conflictividad

Las acciones tomadas por el Poder Ejecutivo y algunos actores en el campo del trabajo no han generado mayores divergencias entre los factores de la producción (patrones y colaboradores), sin embargo para los meses venideros es posible que se presenten algunas fricciones relacionadas con los incrementos salariales y la democratización de algunos espacios de la vida sindical.

Lo que ha ayudado en gran medida a la reducción de controversias es la información proveída por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), porque permite tener plena certeza de que las condiciones por las que atraviesa el país no se deben a la mala voluntad o situaciones inventadas tanto por el gobierno, las compañías, los subordinados o los organismos gremiales; sino que el deterioro de la planta productiva, la reducción del tiempo de trabajo, la baja en la demanda de producción de bienes y servicios o el incremento en el ausentismo de las corporaciones tienen causas identificables, registrables y con posibles soluciones en el corto y mediano plazo.

Adicionalmente se presenta una situación de posible enriquecimiento cultural, con actitudes maduras que evitan, previenen y anticipan los problemas para no afectar la producción de las corporaciones ni la calidad de vida de los trabajadores de cualquier nivel jerárquico.

Respecto de la ratificación del Convenio 98 de la OIT es importante señalar que los debates, análisis y discusiones al respecto deben orientarse al enriquecimiento del ámbito laboral y no a las disputas ni a la confrontación. De lograrse contribuiría a la generación de labores decentes en México.

Por lo que hace a la factible y anunciada reforma de la justicia laboral, ésta es vista con buenos ojos por los sectores patronal y obrero de visión honesta, pues es un tema delicado y de necesaria modernización, porque para nadie es un secreto el alto nivel de corrupción que priva dentro de los órganos de impartición de justicia.

Esta reforma bien podría ayudar al abandono de prácticas corporativistas que benefician a determinados sectores políticos, sindicales y de abogados también cobijados en este entorno de descomposición. Sin embargo es relevante anotar que esta enmienda también tendrá que estar enfocada a acrecentar los niveles de madurez de las relaciones laborales, por lo que debe:

  • ser más incluyente con los sindicatos más importantes de la nación sin atender a filias partidistas
  • aumentar la imparcialidad en las negociaciones obrero-empresariales, contribuyendo con propuestas de vinculación social a la solución de los conflictos y dificultades laborales y productivas, y
  • mejorar los niveles de diálogo social con las instituciones con legitima representatividad de trabajadores y patrones

Conclusión

En el 2016 se espera una inflación de poco más del 3 % y un crecimiento de la economía en un porcentaje similar, por lo que esas cifras son las que se principalmente determinarán los índices de negociación directa al salario.

Por ende se prevén incrementos promedios a los salarios en el orden de tres puntos porcentuales o quizás un punto por encima de la inflación esperada, es decir hasta en un 4 %.

Cabe recordar que el salario mínimo está por debajo de la línea de pobreza alimentaria y que para fortalecer las estrategias generadoras de trabajo decente, la democratización de la productividad y la mejora del consumo interno se logra con subordinados con mayor capacidad de compra, lo que a su vez mejora el consumo interno.