Comúnmente las empresas contratan los servicios de abogados, ingenieros, contadores, arquitectos etcétera, mediante el pago de honorarios y sin firmar contrato de ninguna naturaleza.
Esto con el propósito de no contraer obligaciones laborales y de seguridad social, además ignoran que si no finalizan en buenos términos la prestación de servicios con estos individuos, corren el riesgo de que les demanden ante la Junta de Conciliación y Arbitraje competente el pago de prestaciones laborales como: aguinaldo, vacaciones, prima vacacional, indemnizaciones etcétera, y el cumplimiento de sus obligaciones patronales de seguridad social, esto es su afiliación al IMSS e Infonavit, todo ello por la omisión o error en la celebración de los actos jurídicos respectivos.
De ahí que para evitar tales situaciones es importante que las compañías, con base en las actividades que requieren que les sean desarrolladas, identifiquen claramente el tipo de relación que deben celebrar con los prestadores de servicios, esto significa que tienen que ubicar si pertenecen al ámbito laboral o no.
Si tienes dudas de cómo diferenciar a un prestador de servicios independiente del que no lo es, te recomendamos consultar el tema “Servicios laborales vs profesionales”, en donde puntualmente abordamos las principales características de cada uno de ellos.
