Sin un sueño saludable no se obtendrá una salud integral, y por ende tampoco se rendirá de manera adecuada en nuestras actividades productivas, consideraron académicos de las facultades de Medicina y Psicología de la UNAM.
“Este descanso tiene un papel importante en la función inmunológica, en el metabolismo, la memoria, el estado de ánimo y el aprendizaje”, apuntó la casa de estudios en un comunicado.
Los académicos explicaron que el envejecimiento es un fenómeno complejo, común a todos los miembros de cualquier especie, el cual incluye mecanismos perjudiciales que afectan la capacidad para llevar a cabo diversas funciones.
Sin embargo, también sabemos que los organismos de la misma especie envejecen a distintos ritmos, dependiendo de su estado de salud, y de las horas de sueño que requiera su organismo.
Si no se obtiene un sueño suficiente y existe privación, el efecto inmediato “será la presencia de somnolencia diurna, lo que dificultará la realización de actividades cotidianas eficientemente, debido a que no se centrará la atención de manera adecuada”, agrega el documento.
De igual forma, a largo plazo, la privación del sueño puede contribuir al aumento del riesgo de enfermedades metabólicas, como sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, así como infecciones y enfermedades cardiovasculares, subrayaron los especialistas.
Si bien la necesidad de dormir cambia con la edad, esto no quiere decir que se descanse menos. La falta de sueño se encuentra entre los problemas más comunes del envejecimiento, pero también es uno de los que menos se trata.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2050 la población mayor de 60 años en el planeta se duplicará en proporción de la global, al pasar del 11% en el 2006 a 22%. El aumento mayor será en países con menor desarrollo y tendrá un impacto en la salud pública.
En México se estima que dentro de siete lustros, uno de cada cuatro mexicanos será mayor de 60 años, por lo que tener una buena salud, lo que incluye dormir bien, será fundamental.
