¿Dejaría su empresa sin jefes?

El gran reto en una organización sin jefes es la toma de decisiones, pues solo se tomarán las decisiones correctas si los subordinados comparten valores comunes

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 .  (Foto: IDC online)

Una nueva tendencia en la doctrina económica es la relativa a los beneficios que conllevan las oficinas sin jefes y sin títulos en sus cargos. En esos lugares son los propios trabajadores quienes deciden los proyectos en los que intervendrán, el salario a percibir y sus incrementos, así como sus periodos vacacionales.

Los defensores de esta inclinación argumentan que en una “organización sin jerarquía” los subordinados son más creativos, productivos e independientes, además de que se sienten más responsables del éxito de aquélla.

No obstante la gran aceptación de esta corriente, existen quienes sostienen que en las “oficinas sin jefes” las decisiones pueden tardar más de lo debido, además de que inexorablemente algún trabajador acabará al frente del grupo, incluso sin que cuente con un título que le otorgue tal derecho.

También señalan que estas oficinas corren el riesgo de que sean un desastre ante la ausencia de supervisión del flujo de trabajo, porque con el tiempo los trabajadores pueden tornarse controladores, de tal suerte que verifiquen de forma constante el desempeño de sus compañeros, llegando incluso a fiscalizar la hora en que llegan y se marchan.

Estas últimas opiniones se sostienen en los resultados arrojados en los años 80 y 90, cuando se efectuaron experimentos relativos a la delegación de responsabilidad a nivel horizontal por medio de equipos que se gestionaban a sí mismos. La conclusión fue que este sistema era más coercitivo, porque en lugar de tener un solo gerente, existían varios elementos que supervisaban el trabajo de los demás, presión que suele ser más terrible e implacable que la de un líder.

De ahí que se asegure que el gran reto en una organización que se llegue a manejar sin jefes es la toma de decisiones, pues únicamente si los subordinados comparten valores comunes llegarán a la decisión correcta; de lo contrario, existirá un momento en que alguien tendrá que intervenir.

Para John Hollon, vicepresidente de TLNT.com y ex editor dela revista Workforce Managementy workforce.com, es casi imposible que una empresa prospere sin que existan algunos líderes que garanticen que los trabajadores ejecuten sus labores adecuadamente para que el resto del equipo no se vea perjudicado.

Sin embargo, algunos estudiosos han descubierto un paralelismo entre las oficinas sin autoridad y el nuevo mundo del crowdsourcing, en el que las corporaciones proponen ideas pidiendo al público en general su opinión, es decir, utilizan la sabiduría colectiva del público para la toma de decisiones.

Si bien los niveles de equipos sin autoridad ya son una realidad en algunas compañías de servicios profesionales y en el mundo académico, en las que buena parte de las decisiones están tomadas por comisiones sin recurrir a una jerarquía definida, estos esquemas solo pueden funcionar en ciertas situaciones, grupos de trabajo y actividades.

Fuente: www.wharton.universia.net