Controle al personal cenizo

Identifique a los trabajadores cenizos y reoriente su conducta en beneficio del ambiente laboral y productivo de la empresa

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 .  (Foto: IDC online)

Los trabajadores cenizos son los más comunes en toda organización. Se les llama así por sus constantes quejas, su tendencia a verlo todo negativamente y su carente voluntad para encontrar soluciones, lo cual produce un clima laboral adverso.

Otra de las características de estos “grises” personajes es su habilidad innata para superar las pruebas de selección y reclutamiento de personal gracias a su pericia para camuflarse, pero una vez instalados en su puesto dan a conocer su verdadera personalidad. Por ello es indispensable ubicarlos y “reciclarlos” para evitar que contagien al resto del equipo de trabajo, es decir, se debe reorientar su conducta.

Identificar a estas personas no es una labor sencilla, pues se les suele confundir con individuos exigentes y perfeccionistas. No obstante, para la psicóloga Elisa Sánchez, directora de Idein, firma especializada en el desarrollo profesional de las personas e incremento de la productividad y competitividad de las organizaciones, una manera de diferenciarlos de las personas perfeccionistas es que mientras éstas buscan de forma excesiva la calidad, los cenizos se perpetúan en la queja continua, además de que afrontan la realidad desde el negativismo sin asumir la responsabilidad de hacer el trabajo por sí mismos, pues son incapaces de expresar directamente a su interlocutor lo que piensan.

Este tipo de subordinados son particularmente dañinos para la organización, si se toma en cuenta que en los actuales tiempos de crisis económicas es cuando más se requiere de colaboradores optimistas y eficaces.

Pilar Jericó, socia directora de Be-Up, consultora especializada en la innovación en la gestión de personas y del talento en las corporaciones, considera que estas personas generan un ambiente desagradable, porque sus constantes quejas disminuyen la energía del entorno, así como la motivación. Además, incrementan el estrés en el trabajo, desgastan las relaciones entre sus compañeros y provocan actitudes de ira, hostilidad e irritabilidad.

Los mayores problemas se presentan cuando un cenizo ocupa un puesto de responsabilidad media o alta, ya sea en grandes corporaciones o en las pequeñas y medianas empresas, dadas las consecuencias adversas que pudiese generar por su incapacidad de adaptación a los cambios y busca de soluciones.

Ante un escenario de esta naturaleza, es aconsejable reciclar al sujeto, es decir, encausarlo antes de prescindir de él, y para lograrlo lo primero es: conscientizarlo de su defecto, para que decida cambiar; analizar las causas que motivaron su comportamiento; orientarlo sobre el futuro y en lo que puede conseguir; reconocerle todo logro conseguido y que lo celebre; mostrarle técnicas para que aprenda a ignorar lo que no puede controlar, y dedicarle tiempo y esfuerzo.

Si con estas medidas no endereza su conducta, lo recomendable es:

  • mostrarle siempre calma, firmeza y asertividad
  • focalizarlo en la búsqueda de soluciones, para que no se quede en los síntomas del problema, y
  • no ponerse a la defensiva o entrar en sus juegos de críticas, ni mucho menos aceptar la parte exagerada o fuera contexto de éstas

Lamentablemente en muchas ocasiones estas acciones no son suficientes, por lo que en casos extremos es necesario prescindir de los servicios del trabajador, porque se debe privilegiar la salud laboral de la organización para conservar y mantener su productividad, pero como siempre amable lector la mejor decisión la tiene usted.

Fuente: www.expansion.com