La escasez de empleos y la subsecuente precarización de las fuentes laborales es una tendencia que se mantiene en el país, considera un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
Al comparar el número de personas que entran al mercado laboral y la cantidad de empleos formales generados, el resultado es deficitario, detalló la institución.
Según datos oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social, al primer trimestre de 2012, en el actual sexenio, se han acumulado 1.93 millones de nuevos empleos formales, sin embargo la Población Económicamente Activa presentó un crecimiento de 3.53 millones de personas, con lo que “en lo que va del sexenio se ha generado undéficit de 1.6 millones de empleos”.
Los efectos de la reducida generación de empleo en el sector formal son diversos, entre ellos destaca que el país “no ha podido regresar a su nivel previo a la crisis”. De igual forma, “la insuficiencia de empleos también ha afectado la calidad” de los mismos.
“Desde el punto de vista del sector formal, a lo largo de los últimos cinco años, el tipo de contratación que más ha crecido ha sido la del empleo eventual. Del total de empleos generados en lo que va del sexenio, el 32.5% ha sido en plazas eventuales, para un crecimiento promedio de 7.3%”, precisó el análisis.
Como ejemplo, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados explica que en la administración del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) sólo el 2.3% del total de empleos formales generados fue en plazas eventuales. En contraste, en el sexenio de Vicente Fox esta proporción alcanzó el 22.9%.
Esto implica que, ante la mayor competencia por puestos de trabajo, una mayor proporción de personas ha aceptado trabajos por un tiempo determinado.
Otra consecuencia negativa del déficit de empleos en el sector formal es el crecimiento de la informalidad. Mientras que al inicio del actual sexenio 26.6% de las personas ocupadas trabajaban en la informalidad, en 2009 ya alcanzaba al 28.3%, y en el primer trimestre de 2012 la proporción subió a 29.1%. Esto significa que hoy más de 13.7 millones de personas se encuentran trabajando sin seguridad social, concluye el estudio.
