Delirios tecnológicos

Si bien la tecnología ha ayudado a eficientar procesos de trabajo su uso desmedido afecta el ámbito personal, profesional y social del individuo

.
 .  (Foto: IDC online)

Sabía usted que la espera obsesiva de mensajes en celulares o redes sociales provoca un mal que puede causar muchos problemas.

Un estudio del psicólogo Richard Balding, de la Universidad de Worcester, indica que los mensajes “fantasma” propician un estado de estrés que aumenta cuando se tiene más posibilidades de recepción.

En las pruebas psicométricas efectuadas con más de 100 voluntarios se observó un efecto bucle, esto es, que la necesidad de consultar continuamente el celular se agudiza a medida de que crecen los niveles de estrés.

El trastorno más común derivado de esto es la ansiedad generalizada, caracterizada por un exceso de preocupación por todo, sin diferenciar los motivos menores de otros más importantes, y un menoscabo para la vida profesional, académica y personal de quien lo padece.

Los investigadores sugieren que las compañías deben fomentar entre sus trabajadores el uso racional del teléfono celular, correo electrónico y las redes sociales, así como reducir la cantidad de e-mails entre horas y apagar más a menudo sus dispositivos para evitar la tentación.

Algunas organizaciones como Deloitte & Touche, Intel y US Cellular, han añadido una liberación más a los viernes: la iniciativa Zero e-mails Fridays. Pretenden que se reserve el uso del correo sólo para casos urgentes.

Según los especialistas algunos de los trastornos que provienen del uso excesivo del celular son los de:

  • escritores compulsivos: de acuerdo con un estudio del Pew Research Center, los jóvenes estadounidenses envían hasta 3,200 mensajes de texto cada mes
  • locos por un e-mail: expertos de la Universidad de Glasgow describieron que unos efectos como el cansancio, la pérdida de tiempo y la distracción son consecuencia de que las personas revisen su e-mail cada cinco minutos, y
  • paranoia global: es el miedo irracional a no interaccionar con el celular, trastorno que lo sufre el 66% de la población británica, de acuerdo con un estudio de SecurEnvoy

Por otra parte el psicólogo Pablo Muñoz Gacto señala tres niveles de tecnoansiedad:

  • leve: casi todo individuo la vive alguna vez, sobre todo los profesionales que necesitan estar conectados
  • preocupante: consiste en la necesidad de tener celular o computadora, lo cual produce angustia y estrés, y
  • alarmante: crea un círculo vicioso de ansiedad-dependencia

Si bien la tecnología ha ayudado al ser humano a eficientar sus procesos de trabajo, a aligerar las cargas de la vida, proporcionar comodidad y mejorar sus condiciones de salud; queda claro que su uso desmedido ocasiona efectos adversos en el ámbito personal, profesional y social del individuo, que lejos de mejorar su calidad de vida, la trastorna.

Por ello las empresas debieran establecer políticas de empleo de estos artefactos para su personal, no con el afán de limitar o invadir su esfera individual de desarrollo, sino para establecer las reglas de su uso razonable y con ello crear un clima libre de estrés y distracciones, que permita contar con colaboradores sanos y productivos.

Fuente: Revista Quo, número 177, julio de 2012