Mobbing: enfermedad perversa

Principales características y medidas para combatir este cáncer empresarial, por Carlos Rodríguez Hernández, coach ejecutivo estratégico

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 .  (Foto: IDC online)

Mobbing es el gerundio del verbo to mob, que significa en forma literal “atacar”, se le conoce también como acoso psicológico laboral, acoso moral y psicoterror laboral. Es un fenómeno que ataca de forma directa y perversa a la dignidad del trabajador como un elemento relevante de la relación laboral”1. En el ámbito laboral la violencia y perversión nacen del deseo de poder, y lo grave es que quienes las ejercen pueden poner en peligro su empleo e incluso su vida.

Se trata de una enfermedad social que se presenta de forma inhumana, no conoce la piedad y es constante su agresión en el tiempo, los compañeros de trabajo prefieren mantenerse al margen  por diversos motivos como: no meterse en problemas, por egoísmo o miedo.

La empresa toma conciencia del problema, cuando la víctima reacciona de forma muy visible, como crisis de llanto nerviosa, ausentismo, pérdida del talento y baja productividad. El conflicto degenera cuando la compañía se niega a actuar.

Las formas utilizadas para someter a la víctima de mobbing son variadas, pero podemos citar, entre las más frecuentes, las siguientes:

  • gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas
  • asignarle objetos o proyectos con plazos que son inalcanzables de cumplir
  • sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo
  • amenazar de manera continua a la víctima o coaccionarla
  • quitarle áreas de responsabilidad clave, dando a cambio tareas rutinarias
  • modificar sin previo aviso las atribuciones o responsabilidades de su puesto de trabajo
  • darle un trato diferente o discriminatorio, usar medidas exclusivas contra él, estigmatizarle ante otros compañeros, o jefes
  • ignorarle o excluirle, hablando sólo a una tercera persona cuando él está presente, como si fuera invisible
  • retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle al error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales
  • difamar a la víctima, extendiendo por la organización rumores maliciosos que menoscaban su reputación, imagen o profesionalismo
  • infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado, negándose a evaluar periódicamente su trabajo
  • bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando, retrasando o    entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación
  • ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del mercado, etcétera
  • criticar continuamente su trabajo, sus ideas, propuestas y soluciones
  • controlar malintencionadamente el trabajo con la intención de atacarle o encontrar forma de acusarle de algo
  • castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el marco de sus responsabilidades y atribuciones
  • bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que le afectan
  • ridiculizar su trabajo, sus ideas o resultados
  • invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, sus documentos, cajones de escritorio, entre otros
  • robar, elementos claves de su trabajo
  • atacar sus convicciones personales (ideología o religión), y
  • animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad2

PELIGROSIDAD DEL MOBBING

Hay dos características que convierten al “mobbing” en algo peligroso:

  • su duración. Puede perdurar durante mucho tiempo o toda la vida laboral. La víctima, no denuncia y en algunos casos no explota y sólo elabora sus propias estrategias que le permiten enfrentar el acoso. El trabajador aguanta el mal trato en aras de proteger la seguridad que le proporciona su empleo, y
  • la aparente falta de motivo para que la víctima se quejey, menos aún, para denunciar el problema. Todo ocurre en un ambiente de aparente normalidad, en donde parece imposible poder acudir con un superior para exponer un asunto, y que aquél lo vea y lo entienda como es

Mientras el “mobbing” se instala pasando desapercibido, las empresas pierden su capital humano, sufren de alta rotación de personal y ven afectada su productividad, debido a  una enfermedad social que atenta contra las personas y empresas.

TIPOS DE MOBBING

Se practica de forma descendente, es decir del nivel jerárquico superior hacia abajo; horizontal, entre compañeros; ascendente,  de los colaboradores hacia arriba y mixto. En este artículo nos referiremos al “mobbing” horizontal.

Lo perverso de este mal es que se configura desde que existe el poder y alguien más débil. A diferencia del conflicto y la violencia laboral, el “mobbing” se acompaña de la perversión y del deseo de destruir al acosado.

Este fenómeno se da con mayor frecuencia en las compañías con una cultura altamente competitiva y que quizá sin proponérselo detonan la rivalidad, los celos, la envidia, el resentimiento y la frustración.

Mobbing  horizontal

El “mobbing” horizontal se da entre compañeros dentro de los cuales surge un acosador, cuyo surgimiento es provocado por la envidia, celos, resentimiento o temor que le produce el talento del otro y por la falta de respeto a la diversidad de ideas, genero, características físicas, o nacionalidad,  entre muchas otras.

El acosador elige a su víctima e inicia el proceso de destrucción lenta y silenciosa, involucrando y manipulando a otros compañeros para poder acosarla; hace uso de estrategias encaminadas a que el acosado dude de su propia capacidad, habilidades y competencias afectando de manera severa su autoestima, dañando su prestigio personal y profesional.

La víctima presenta síntomas de  depresión, insomnio, enfermedades psicosomáticas, bajo rendimiento, alteraciones de la conducta, entre otras.

Los síntomas en la empresa se manifiestan en la pérdida de talento, alta rotación de personal, baja productividad y deterioro en el clima laboral.

Todo esto sucede mientras la compañía ignora que el lugar que fue creado para construir, crear, formar y proporcionar seguridad a sus trabajadores, se ha convertido en un campo de batalla en donde la destrucción de la persona objeto de los temores del acosador, es lo más importante y una vez logrado su objetivo el acosador queda en espera de otra víctima para continuar su destructiva y perversa labor.

CÓMO EVITAR EL MOBBING

En este momento se estarán preguntando cómo se puede evitar, pues bien lo más importante es reconocer los síntomas y actuar de inmediato cuando se detecte un caso demobbing”. Esto permite descubrir al acosador que a lo único que le teme es justo a eso, a ser descubierto.

Despúes se debe ayudar al acosado en su recuperación psicológica, más esto no resuelve el problema, ya que este fenómeno se encuentra instalado en la cultura organizacional y es necesario realizar primero un diagnóstico de clima con un inventario especial sobre las conductas para detectar si existe el “mobbing” y posteriormente iniciar una importante transformación de la cultura en donde se pueda medir el desempeño de los integrantes de la organización dentro de un marco de valores centrado en la dignidad de la persona.

Para esto es necesario que la organización considere a su capital humano como prioritario, es decir, que lo más importante sea la persona y que no sea vista como una herramienta más para el logro de sus objetivos.

EPIDEMIOLOGÍA. EL MOBBING EN CIFRAS

Heinz Leymann, psicólogo alemán, definió el “mobbing” y empezó a estudiarlo en los lugares de trabajo en los años ochenta del siglo XX.

Desde entonces, sus investigaciones y las de otros han sacado a la luz los siguientes datos:

  • entre 10 y 20% de los suicidios en Suecia se deben al “mobbing
  • 76% de los hombres acosados lo son por otros hombres, 3% por mujeres y 21% por ambos sexos. 40% de las mujeres acosadas lo son por otras mujeres, 30% por hombres y el restante 30% por ambos grupos
  • en 1996, 3.5% de la población mundial fue víctima de “mobbing”. Según la Organización Internacional del Trabajo, esta cifra se incrementó a un 5% en 1998 y a un 7% en 1999
  • en 2000, en la Unión Europea, 13 millones de trabajadores fueron víctimas de “mobbing”; esto equivale a 9% de la población activa (ranstad, 2003)
  • en América Latina, entre el 8 y 12% de los trabajadores sufre violencia psicológica y un 55% de los subordinados soporta maltrato laboral (estudio conjunto realizado por las Universidades de Guadalajara, del Maule en Chile y la experimental de Guayana, en Venezuela)
  • de acuerdo con Gary Namie, director de investigaciones del Instituto Contra el Abuso Laboral, en Sudamérica 70% de las mujeres maltrata a otras en el ámbito laboral, y desarrolla un estereotipo agresivo (The New York Times, 2009), y
  • la mitad de los afectados por “mobbing” sufre secuelas psicológicas y físicas y el 5% piensa en suicidarse como solución al problema (Iñaki Piñuel y Zabala, profesor de psicología en la Universidad de Alcalá, durante su intervención en las jornadas sobre acoso psicológico en el trabajo)

Como podemos observar las cifras del “mobbing” son muy graves y pueden causar mucho más daño a los trabajadores, sus familias y al sector empresarial.

CONCLUSIONES

Actualmente existen propuestas de diferentes partidos políticos, para la creación de una ley contra el “mobbing”, lo delicado de esto es presentar a los trabajadores como víctimas, en mi concepto sólo empequeñecen a la persona atentando contra su dignidad.

El “mobbing” no es un mal que ejercen únicamente las organizaciones contra sus colaboradores, sino es una enfermedad social que afecta y es responsabilidad de todos y que existirá mientras exista la envidia, el egoísmo, el miedo, la avaricia y el resentimiento, entre otros sentimientos negativos.

Otro riesgo existente es el desconocimiento de este fenómeno por parte de todos los involucrados, lo que complicará de forma muy importante la aplicación objetiva de esta ley cuando exista.

Actualmente estamos trabajando en compartir nuestro conocimiento y crear conciencia sobre el “mobbing”, a todo tipo de organizaciones, privadas y públicas, en universidades y al público en general.

En mi experiencia personal y profesional he encontrado que privilegiar los valores del bien común y el respeto a la dignidad humana son factores determinantes para inhibir esta enfermedad social. El reto para las organizaciones y sus líderes es ser congruentes con estos valores y lograr que sus colaboradores los vivan  y confíen en aquéllas.

1 Mobbing. Manual de autoayuda para superar el acoso psicológico en el trabajo. Alfaguara 2003. Iñaki Piñuel, p.28.
2 Cfr. Iñaki Piñuel. Op. cit. pp. 29-30.

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