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La IP considera que mientras no haya un entorno favorable en materia jurídica y fiscal es poco probable que mejore la situación del país

La Profeco sólo recibió 65 quejas por incumplimiento de promociones (Foto: Notimex)
 La Profeco sólo recibió 65 quejas por incumplimiento de promociones (Foto: Notimex)  (Foto: Redacción)

México (Notimex).- Para que México crezca más la solución es fortalecer el mercado interno, y en ello tendrán una participación relevante las reformas estructurales y sus leyes secundarias, estimó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su reporte semanal el organismo señaló que la urgencia, además de concluir la aprobación de las leyes secundarias, es instrumentar medidas que en el corto plazo incentiven la inversión.

“Sólo de esta manera será posible crear los empleos de calidad que requiere la población para elevar su nivel de bienestar. Ya hemos dicho que la mejor forma de reducir la pobreza es la creación de empleo”, expuso el CEESP.

Considera que mientras no haya un entorno de seguridad jurídica y fiscal, que propicie que el acervo de capital crezca a una velocidad mayor que el empleo, es poco probable que mejore la situación del mercado laboral.

El organismo expuso que tras la debilidad de la actividad económica, que muy probablemente se haya extendido durante la primera mitad del año, la opinión de los especialistas del sector privado coincide en que el ritmo de crecimiento mejorará para concluir 2014 con una tasa de avance cercana a 2.8%.

Sin embargo, precisa, esto significa que la economía se mantendría muy cerca del bajo promedio de las recientes décadas, pues en los últimos 20 años el crecimiento medio del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 2.6%.

“La opinión generalizada señala que la solución es fortalecer el mercado interno y que en ello tendrá una relevante participación las reformas aprobadas recientemente y sus leyes secundarias”, explicó el CEESP.

El organismo agregó que es fundamental incorporar acciones complementarias que permitan crear un ambiente en el que las empresas tengan un incentivo para invertir, y con ello crear empleos de calidad que permitan revertir con mayor rapidez el deterioro del salario real, y al mismo tiempo, facilitar la contratación con niveles salariales más altos.

“Incrementos salariales por decreto solo traerían desequilibrios del mercado y un repunte en la evolución de los precios al consumidor”, estima la institución.

Señala que el poder adquisitivo del salario mínimo perdió 76.1% desde su punto más alto -en octubre de 1976- a diciembre del año 2000, pero su tendencia a la baja se detuvo, aunque nada significativo para recuperar todo lo perdido.