Riesgos y ventajas de garantizar con una marca

Las compañías han descubierto en sus marcas un activo que ofrecer a los bancos como garantía para conseguir un préstamo

Bienes intangibles también sirven como garantía
 Bienes intangibles también sirven como garantía  (Foto: Redacción)

Ofrecer una marca como garantía para cubrir un crédito se ha convertido en una alternativa cada vez más utilizada por las empresas para lograr financiamiento. A falta de inmuebles o activos físicos que ofrecer para respaldar el empréstito, los bienes intangibles se convierten en el aval perfecto para lograr el apoyo de una institución financiera.

La prenda sin transmisión de posesión constituye un instrumento valioso, particularmente apropiado para ciertas garantías de naturaleza comercial, y cuyos activos en garantía son variables, indefinidos o flexibles. Estructurando apropiadamente esta figura, un banco o acreedor puede formalizar una garantía prendaria en primer lugar y grado sobre la totalidad -o una parte- de los activos muebles de un negocio, ya sea inventario, materia prima, cuentas por cobrar, equipo de oficina, efectivo, derechos, propiedad intelectual o cualquier otro.

Siendo que la posesión de los activos queda en manos del garante, la prenda sin transmisión de posesión no afecta las operaciones de negocio del garante, y le permite continuar operando su negocio en la forma acostumbrada

En principio, el constituir una prenda sobre una marca no es negativo, ya que puede suponer una inyección de capital importante en un momento decisivo para la compañía, siempre y cuando se cumpla con las obligaciones contraídas y se pague regularmente.

Sin embargo, tal y como ocurre cuando no se hace frente a un crédito, el banco o el acreedor pueden embargar la marca, y venderla al mejor postor para recuperar su inversión.

Si llegara el caso de que se embargara una marca, resulta de vital importancia establecer el valor real de la misma, para ello se tienen varios criterios, desde los resultados financieros hasta los atributos percibidos por los clientes, y su fidelidad o la protección legal de la misma.

Riesgos del incumplimiento

El riesgo del embargo de una marca es muy alto: una compañía puede seguir operando aunque le embarguen su sede, ya que puede mudarse a otra ubicación,  sin embargo, mantener la actividad sin la propia identidad resulta casi imposible.

El riesgo se incrementa en aquellas empresas en las que la marca coincide con el nombre comercial de la compañía, la difusión del embargo de una  marca, cuando la denominación es la misma, hace que la pérdida de valor de ésta sea notoria e inmediata.

Otro riesgo a considerar es la publicidad negativa que genera el embargo de una marca, que resulta más alto que el embargo mismo de la empresa.