En muchas ocasiones, la pequeña y mediana empresa (PyME) se cimienta en un negocio familiar que, cuando se constituye para su operación como sociedad mercantil, implica un reparto de las utilidades entre parientes, al igual que las pérdidas, o de ser prestadores de servicios independientes, conlleva la determinación de la remuneración por sus auxilios. Sin que se trate de una relación laboral, están los familiares ocupando puestos dentro de la compañía.
El tratamiento de estos individuos, tratándose de prestadores de servicios independientes, no tiene por qué ser especialmente diferenciado, o de serlo, no se justifica que repercuta en la forma en que otros dependientes de la sociedad mercantil perciben su posición dentro de la compañía.
He aquí ciertos tips para facilitar una relación asertiva entre las partes:
- explicar claramente a quien se incluirá en la compañía las funciones que tendría en la misma
- fijar la contraprestación por los servicios prestados objetivamente, de acuerdo con el puesto y no con el parentesco
- facilitar la transparencia entre los involucrados mediante la firma de contratos, los cuales de manera preventiva asentarán las condiciones de la relación independiente
- no caer en la tentación de conceder a los parientes gratificaciones extras que no tengan un origen en una contribución al negocio
- valorar con precisión la aportación que da el pariente a la empresa, pues la cercanía no tiene relación alguna con la capacidad para dar resultados beneficiosos en el área en que se coloque al individuo. El establecimiento de objetivos y la implementación de un método para descubrir si se están cumpliendo puede ser una opción para ello
- definir, antes de asignar el trabajo a un pariente, cuánto se daría a algún tercero sin relación alguna con la corporación, para así determinar sin favoritismos cuánto se le tendría que dar al consanguíneo, o por el contrario, para no fijar contraprestaciones por debajo de los niveles de mercado
Ahora bien, si se trata de la conformación de una empresa con socios-familiares, es útil constituir la sociedad mercantil incluyendo en el acta constitutiva el puesto que ocupa cada quien, si será únicamente socio, o también administrador, si será apoderado legal o no, etc., para que así exista claridad respecto al margen de acción de ellos. De igual manera, respecto de las acciones o partes sociales de que sean propietarios, deben estar precisados los derechos corporativos y económicos que les corresponden.
Los puntos anteriores son trascendentes ya que, de acuerdo con un análisis de la firma Salles, Sainz Grant Thornton, la mala gestión financiera influye en que 80% de las PyMES fracase antes de los cinco años de operación y 90% antes de cumplir una década, por ende, la inclusión de un pariente en los negocios puede, de ser mal encauzado, disminuir las posibilidades de tener éxito.
