En el marco del Foro México 2013, el titular de la SHCP, Luis Videgaray, señaló que la estabilidad económica no es un fin en sí mismo, sino una condición para poder crecer de manera sostenida. La política de estabilidad macroeconómica que ha manejado el estado mexicano nos permite contar con:
- un Banco Central autónomo, que tiene una política con un claro mandato para proteger el poder de compra de nuestra moneda
- una política fiscal en equilibrio (cero déficit fiscal)
- un sistema financiero sólido
- un régimen de tipo de cambio flexible
- reservas altas las cuales nos ayudan a proteger a la economía ante posibles choques externos
- precio protegido del petróleo, lo cual se ha logrado a través del mercado de derivados
- una política de endeudamiento externo que diversifica los riesgos y protege a las finanzas públicas.
Para que el crecimiento económico que se vea reflejado en el bolsillo de los mexicanos, es necesario democratizar la economía, y esto solo será posible a través de diversas reformas que permitan democratizar:
- la productividad y el capital humano. En ese sentido, la reforma educativa permitirá a la mayoría de la población contar con más y mejores habilidades y conocimientos
- la innovación, para lo cual se requiere incrementar la inversión en tecnología, ciencia e innovación que esté al alcance de toda la población
- el acceso a la energía suficiente y de bajo costo. Para eso es la reforma energética
- el acceso a la tecnología de la información. Por eso se requiere una reforma a las telecomunicaciones, que permita el acceso a la banda ancha de calidad y de bajo costo, que permita reducir el costo de la telefonía móvil y de la telefonía fija, y que permita también el acceso democrático a la información
- el crédito. Aun cuando el sistema financiero es muy sólido, éste presta muy poco. Se deben otorgar más créditos a las Pymes y para ello es necesario efectuar reformas financieras y dotar de una política más activa de la banca de desarrollo
- la posibilidad de emprender, de competir en la economía. Para eso necesitamos una reforma en materia de competencia económica y de una política de fomento económico que impulse aquellos rubros que implican un acceso amplio a la productividad, una política que trabaje con los mercados, que desarrolle mercados, pero que permita aprovechar las ventajas competitivas, y que a través de la facultad coordinadora del Estado, utilizando los instrumentos de política económica moderna, podemos generar ventajas competitivas.
Además de las reformas, es necesario el recurso económico, por lo cual es indispensable realizar una reforma fiscal que:
- brinde a los tres niveles de gobiernos la capacidad financiera de cumplir con sus obligaciones para generar educación, salud e infraestructura
- dé competitividad
- sea justa, para que quien genere más utilidades pague más
- ayude a la redistribución del ingreso y de la riqueza
La agenda está lista, esperemos que exista la disposición política para llevarla a cabo, y que todo lo señalado no quede tan solo en buenas intenciones.
